Friday, September 12, 2014


Eran las 3 de la mañana y, finalmente, acompañado de un violento espasmo, se corrió sobre su oriunda y peluda barriga.

Luego, dejando escapar un profundo y asqueado suspiro, agarró el rollo de papel higiénico y, con un rápido movimiento, tiró del papel, arrancándolo. Acto seguido, procedió a la ardua y siempre molesta tarea de limpiar los restos de la explosión.

Al finalizar, los ojos de Bran se centraron en la pantalla de su ordenador. Allí aparecía la figura sonriente de un personaje de animación manga, en este caso una adolescente, que enseñaba su vagina bajo su falda a una imaginaria cámara que se hallaba bajo el pupitre.

La muy guarra, sin bragas, y con aquella mirada traviesa y maliciosa.

Bran dirigió el cursor de su ratón hacia la X roja de arriba a la derecha de la pantalla y cerró la imagen, avergonzado, como siempre, de haberse masturbado fantaseando con un personaje imaginario.
Con el sopor post-masturbación invadiéndole y pensando en lo insulsa que era aquella actividad de darse placer durante tanto tiempo al día, como un bonobo desesperado y solitario, abrió una lata de cerveza caliente y, de un solo tragó, se la bebió hasta la mitad. Luego agarró una cajetilla de cigarrillos y, llevándose uno de ellos a la boca, se lo encendió con cierta parsimonia.

Haciendo todo lo posible para esquivar el Facebook, entró en 4chan por mero aburrimiento. Y entró en /pol/ (políticamente incorrecto), el único sitio dónde podía sentir una especie de cosquilleo malicioso que no conseguían otros sitios de internet. Bueno, en realidad odiaba aquel sitio, pero allí llevaban semanas burlándose y tirando mierda de su hermano, y eso le agradaba. Le encantaba.

En una de las imágenes aparecía un montaje en el qué aparecía su hermano rodeado por pollas negras, siendo inundado por semen en un bukkake que más que eso parecía un aquelarre.
Bran soltó una gran risotada y guardó la imagen en su carpeta Random para luego, más tarde, regodearse con ella.

Su hermano se llamaba Jook y era el principal candidato de la Oposición del gobierno nacional. Tan solo restaban dos semanas para las elecciones y ya había empezado la campaña electoral. Su reluciente sonrisa y su pelo engominado brillaban en cada rincón de la ciudad, sobre la frase "Súmate al cambio. Vota Esperanza. Vota xxx". Por esa misma razón había decidido no volver a ver la televisión ni a meterse en webs de noticias. No es que le molestara especialmente, puesto que nunca había hablado personalmente con él. Lo que más le molestaba era tener algo en común, aunque solamente fueran los genes, con aquel individuo de falsa sonrisa y de innumerables promesas vacías.